La fisioterapia neurológica como hábito rutinario en pacientes con daños cerebrales
Los daños cerebrales pueden aparecer en nuestra vida por distintos motivos y cuando ya forman parte de ella, una de las mejores formas de combatirlos es a través de la fisioterapia neurológica. Si conseguimos que el tratamiento fisioterapéutico que nos haya recomendado nuestro especialista se convierta en una rutina; algo que hemos interiorizado y que hacemos casi de manera automática sin que suponga un esfuerzo extra, entonces es cuando los beneficios para todo nuestro organismo serán mayores.
Sabemos que todo esto puede sonar a discurso hueco, utópico. Sin embargo, no tiene qué ser así. Aprender a convivir con daños cerebrales es muy complicado, un panorama difícil de asumir, pero no inalcanzable. En su mano está enfrentarse a los problemas que tiene ante sí y, en la medida de lo posible y con la ayuda necesaria, poder afrontar esta situación.
Los expertos en fisioterapia neurológica como los que forman parte de nuestras clínicas le acompañarán en este duro camino. Estudiarán su caso en detalle y a partir de ahí elaborarán un plan de acción en el que día a día realizarán juntos ejercicios y masajes que le permitir pailar los efectos de los daños cerebrales y alcanzar el mejor nivel de vida posible.
Los daños cerebrales pueden ser de muy distinta índole y a cada paciente le afectan de manera diferente, pero en general puede decirse que estas son algunas de las secuelas más comunes que afectan al sistema motor:
- Pérdida del equilibrio.
- Alteraciones o problemas para mantenerse en pie.
- Dificultades para caminar.
- Limitaciones para en el movimiento de las extremidades.
- Problemas para controlar el tronco e incluso mantener la cabeza recta.
- Temblores y sacudidas en diferentes miembros del cuerpo.
Para tratar estas secuelas los expertos en fisioterapia le propondrán realizar masajes que liberen de tensión sus músculos, que cuiden su flexibilidad e hidratación y que minimicen los dolores que las malas posturas y las contracturas ocasionan.
Combinado con los masajes es importante realizar de manera rutinaria ejercicios que corrijan las malas posturas, que tonifiquen los músculos para facilitar la fuerza y la movilidad de todas las zonas de nuestro cuerpo. Como le hemos comentado antes, esto se puede lograr, pero conseguirlo depende en gran medida de su fuerza de voluntad y tesón para trabajar día a día con su fisioterapeuta.