El papel de la familia en los tratamientos de fisioterapéuticos de personas con Parkinson
Cuando a una persona le diagnostican Parkinson le cambia la vida a toda la familia. Obviamente el paciente es el que se lleva la peor parte, y por eso es esencial que no se sienta solo, que sepa que la gente que está a su alrededor seguirá ahí cuando las cosas se pongan más difíciles.
La asimilación de una enfermedad neurológica como el Parkinson es larga y compleja. A veces se van observando señales, pero preferimos pasarlas por alto, y cuando finalmente nos lo confirma el golpe es muy duro. Precisamente en esos momentos el papel de la familia es vital.
Es cuando hay que ver el problema cara a cara, ser consciente de la posible evolución y, con la ayuda de expertos en fisioterapia neurológica, fijar un plan de acción.
En general podríamos decir que el papel de la familia en los tratamientos de pacientes con Parkinson es esencial en dos planos:
En la clínica
Cuando se detecta el Parkinson lo más habitual es que se recomiende acudir a un centro de fisioterapia para trabajar los problemas que van surgiendo. Entre otros y, dependiendo de cada caso, las personas con Parkinson presentan problemas de movilidad y de equilibrio.
Para acudir a la clínica para trabajar estos problemas el paciente necesitará la ayuda de un familiar que le ayude a trasladarse. La ayuda de los familiares también puede extenderse a otros planos. Por ejemplo, el fisioterapeuta probablemente le explique cómo realizar ciertos ejercicios que puede hacer en casa o consejos acerca de cómo moverse por su hogar. En estas cuestiones es útil la ayuda de un familiar que se quede con la indicaciones nos ayude en la puesta en práctica.
En casa
Si cabe la ayuda de la familia en casa es aún más importante. Ahí no contamos con el apoyo de nuestro fisioterapeuta y sin duda surgirán dolores y problemas que debemos solucionar. Para todos estos casos la ayuda de un amigo o familiar es vital.
En ocasiones hará las veces de un fisioterapeuta y podrá ayudarnos a hacer ejercicios que palien el dolor o que nos ayuden a corregir malas posturas y contracturas. En otras ocasiones la ayuda vendrá en forma de tareas de aseo, de vestirnos, de comer…