Ejercicios fundamentales en la tercera fase de recuperación tras un ictus
Recuperarse de un ictus es algo que no se puede hacer de la noche a la mañana, requiere tiempo, paciencia, esfuerzo y, sobre todo, la ayuda de un fisioterapeuta. Y es que este profesional es perfectamente conocedor de cómo debe llevarse a cabo la rehabilitación en este tipo de casos para que el paciente, de la mejor manera posible y en breve espacio de tiempo, pueda volver a tener calidad de vida y autonomía.
En Fisiohogar, por ejemplo, los expertos en fisioterapia neurológica lo que hacen es determinar planes de trabajo para los pacientes de ictus en función de la fase en la que se encuentren. Y es que es la manera de que su evolución pueda ser progresiva y constante. Así, cuentan con ejercicios para la primera etapa, otros para la segunda y también un grupo más para quienes están en la tercera.
En concreto, en este momento crucial de la rehabilitación, donde ya se han conseguido importantes avances y mejoras en cuanto a la libertad de movimientos e independencia de la persona en cuestión, los objetivos fundamentales a alcanzar son los siguientes:
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Mejorar de manera contundente lo que es la coordinación.
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Lograr un mayor equilibrio, concretamente cuando se está en marcha.
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Aumentar los patrones dinámicos y estáticos en la mencionada marcha.
Partiendo de esos fines, los profesionales de la rehabilitación apuestan por organizar sesiones de trabajo diarias, de entre 45 a 120 minutos según cada caso, que se centrarán en acometer ejercicios tales como estos:
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Ejercicios en barras paralelas, que serán de gran utilidad a la hora de lograr que mejore lo que es la citada coordinación.
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Ejercicios con espalderas, que no sólo son útiles para alcanzar el objetivo citado en el punto anterior sino también para mejorar el equilibrio y, por supuesto, para que en la marcha el paciente cuente con unas mayores capacidades.
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Ejercicios sentados y de pie que, haciendo uso de las extremidades inferiores y superiores, ayudarán a fortalecer ciertos músculos y a lograr esa solidez necesaria en materia de equilibrio.
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Ejercicios con medios auxiliares. En este caso nos referimos a actividades físicas que pueden optar por recurrir al uso de ciertos artículos de apoyo, como muletas o bastones, con el claro objetivo de que, a la hora de caminar, la persona que ha sufrido el ictus pueda ganar estabilidad y confianza.