¿Cuándo comenzar la fisioterapia en casos de distrofia muscular?
La de Becker, la de Duchenne, la de Emery-Dreifuss o la de la cintura escapulohumeral son algunas de las clases de distrofia muscular que existen. Variedades de una misma enfermedad genética que va ocasionando la degeneración progresiva de lo que son los músculos del cuerpo y que se va manifestando mediante señales tales como la debilidad muscular, el retraso en las habilidades motoras, los problemas para andar, el babeo e incluso el sufrir caídas frecuentes.
En la actualidad no se ha conseguido descubrir ningún tratamiento para poder revertir dicha patología o para frenarla en seco. Por el momento, sólo se cuenta con una medicación para retrasar el avance de la misma y con la fisioterapia para conseguir que el paciente mantenga su autonomía, que pueda mejorar movimientos y que pueda mantener los músculos lo más fuertes posibles el mayor tiempo que se pueda.
Por esos motivos, y también porque ayuda a los enfermos a prevenir la aparición de habituales deformidades, es habitual que se recomiende que en cuanto sea posible se pongan en manos de fisioterapeutas, como los que integran nuestra empresa, Fisiohogar. En concreto, debe comenzarse el trabajo de fisioterapia en el momento justo que se les diagnostica la patología, pues es la manera de poder ayudarles a mantener libertad de movimientos y a no tener que depender de nadie.
La fase de la distrofia muscular en la que se encuentren esas personas, su edad, su estado de ánimo e incluso su forma física son las claves que utilizarán nuestros expertos para dictaminar cuáles son los ejercicios más adecuados que deben realizar aquellas en pro de alcanzar los siguientes objetivos:
-
Mejorar el movimiento.
-
Corregir sus posturas para así evitar que puedan sufrir contracturas y deformidades.
-
Prevenir la aparición de la atrofia muscular.
-
Mejorar tanto el movimiento como la fuerza.
-
Aumentar la flexibilidad de las articulaciones.
-
Mejorar, en la medida de lo posible, lo que es la movilidad y a mantener en óptimas condiciones todo el tiempo que lo permita la enfermedad.
Todos esos beneficios y muchos más son los que logran las personas con distrofia muscular, lo que supone que puedan tener una mayor calidad de vida y frenar, dentro de lo que se puede, el avance de dicha patología. Por ese motivo, es imprescindible que nada más les sea diagnosticada se pongan a trabajar contando, claro está, con la pertinente ayuda de fisioterapeutas expertos.