Cómo convertir la fisioterapia neurológica en una rutina después de un ictus
Sufrir un ictus es un duro golpe que cambia la vida del paciente y de las personas que le rodean. Sin embargo se pueden paliar sus efectos y tratar de recuperar las habilidades perdidas gracias a la fisioterapia. Lo importante de estos tratamientos es que sean continuados, que se conviertan en una rutina más del día a día para las personas que han tenido un ictus.
La fisioterapia neurológica está especializada en las enfermedades que afectan al cerebro y elabora todos sus tratamientos para concentrarse en los síntomas y discapacidades que, en este caso, provoca el ictus. Lo importante es comenzar el tratamiento fisioterapéutico lo antes posible. En cuanto se haya superado la fase crítica y se hayan evaluado las consecuencias del ictus hay que iniciar sesiones diarias para tratar de evitar que las secuelas se queden como algo permanente y avance el deterioro.
Sabemos que puede parecer complicado integrar la rehabilitación fisioterapéutica como un hábito más de nuestra vida, pero en realidad es muy sencillo y se hace de manera casi automática. Debe tener en cuenta que si usted o un familiar suyo ha sufrido un ictus su ritmo de vida anterior ha desaparecido. Por leve que haya sido el accidente cerebro vascular su cuerpo estará afectado y trabajar día a día por eliminar los problemas será su meta. Por eso deberá aprender cuanto antes a vivir con ictus.
En esta labor no estará solo. Además de contar con la ayuda de todos los suyos, equipos de especialistas en fisioterapia neurológica como los que forman parte de nuestras clínicas le acompañarán en todo el proceso de rehabilitación. No obstante, el esfuerzo no sólo lo realizarán los fisioterapeutas, la mayor parte recaerá en usted. Su actitud para asumir la nueva realidad y su capacidad para luchar contra las secuelas son las mejores y más válidas herramientas con las que acelerará su recuperación.