Beneficios de los masajes fisioterapéuticos en las enfermedades neurológicas
Las enfermedades neurológicas son muchas y de muy distinta índole, pero casi todas se caracterizan por ocasionar graves dolencias sobre todo en los músculos. Para la mayoría de los casos, la fisioterapia y más la especializada en neurología es una herramienta de gran ayuda.
Los beneficios de la fisioterapia neurológica, y en concreto de los masajes, son ante todo un alivio para los muchos dolores que ocasionan las enfermedades neurológicas como el Parkinson, la esclerosis múltiple, los ictus o las distrofias musculares.
Aunque no se puede generalizar, está demostrado que los masajes influyen de manera muy positiva en el plano físico y también en el moral. Es como una cadena, porque cuando el paciente siente alivio de sus dolores o discapacidades su estado de ánimo también mejora y, por ende, se encuentra con más fuerzas para luchar contra su enfermedad.
En casos como concretos como el Parkinson los masajes fisioterapéuticos benefician a los pacientes logrando que, por ejemplo, las contracturas que se forman en las zonas de la espalda y extremidades no se agarroten aun más y disminuyendo la rigidez de los músculos.
Para las personas que han sufrido un ictus, los beneficios de los masajes fisioterapéuticos se traducen en una mejoría y recuperación de la fuerza y movilidad perdida como consecuencia del ictus.
La esclerosis múltiple es una enfermedad muy larga que ocasiona un grave deterioro del cuerpo. Por eso, es fundamental comenzar con los masajes fisioterapéuticos cuanto antes. Cuidando todo el cuerpo, las zonas ya afectadas para que no avance más rápido el deterioro a la vez que se trata de recuperar la fuerza y la movilidad y también cuidar las zonas sanas.
A menudo se cree que los tratamientos fisioterapéuticos se centran en las zonas dañadas; pero no es sólo así. La fisioterapia neurológica y en concreto los masajes también reportan beneficios en las zonas sanas. Masajeando las zonas del cuerpo donde la enfermedad aun no ha llegado se potencia su fuerza y se trata de alargar su buen estado.
Una condición indispensable y común a todas las enfermedades neurológicas es la actitud del enfermo. La constancia en recibir los masajes es fundamental. Es decir, no hay que dejarse llevar por los primeros beneficios y hay que continuar con los masajes que su fisioterapeuta considere oportunos.