Beneficios de los masajes fisioterapéuticos después de haber sufrido un ictus
Las secuelas después de haber sufrido un ictus pueden ser de muy distinta índole. En la mayoría de los casos, y por muy leve que haya sido, nuestro cuerpo necesita cuidados y atenciones especiales para su recuperación. Estos tratamientos se realizan a través de fisioterapia especializada en enfermedades neurológicas que es la técnica que mayores beneficios puede reportar al paciente.
Casi inmediatamente después de que el ictus se haya producido deben comenzar los masajes fisioterapéuticos. A través de distintas técnicas los profesionales de fisioterapia comenzarán a reactivar el cuerpo del paciente. En muchos casos las personas que sufren este tipo de crisis debe permanecer largo tiempo en cama, por tanto es esencial cuidar el cuerpo para evitar la aparición de escaras y la pérdida de fuerza y musculación.
Los expertos en fisioterapia, como los equipos que forman nuestra clínica, estudiarán a fondo su caso y su posible evolución. A partir de ahí, se determina un plan de acción que contempla masajes y ejercicios.
En cuanto a los beneficios que reportan los masajes a las personas que han sufrido un ictus podemos decir que principalmente se observan en los siguientes aspectos:
- Hidratación y elasticidad de los músculos. Al permanecer en reposo nuestro cuerpo pierde frescura y agilidad. Esto también implica que la sudoración e hidratación que se realiza de forma natural se pierda. Por eso, su fisioterapeuta se encargará de hidratar su piel y con masajes muy precisos reactivará la circulación sanguínea. Los beneficios de estos masajes también alcanzan a la elasticidad de los músculos.
- Eliminación de tensiones y rigideces musculares. El propio ictus puede provocarnos la parálisis de una zona concreta de nuestro cuerpo que no reacciona u obedece las órdenes de nuestro cerebro. Al no poder moverlo adecuadamente es más que probable que aparezcan rigideces y tensiones. Pues bien, los masajes fisioterapéuticos se centran en estos problemas así como el las rigideces ocasionadas por el prolongado reposo en la cama. Se deshacen nudos, se estimula la circulación y flexibilidad a la vez que se cuida la masa muscular.
- Flexibilidad de las extremidades. Los brazos y piernas son las zonas donde las secuelas de un ictus es más evidente. Habrá gran debilidad muscular que a través de masajes y ejercicios muy concretos los fisioterapeutas lograrán reactivar. El objetivo es recuperar la flexibilidad de las zonas más afectadas a la vez que se cuida y potencia la fuerza, la movilidad y la flexibilidad de los miembros que han permanecido intactos ante el ictus.