¿Puede ayudar la fisioterapia a evitar un nuevo ictus?
Si ha padecido un ictus, el miedo a que se repita no le será ajeno. Para frenar estos temores, debe saber que ciertas pautas de vida unidas a un programa específico de fisioterapia neurológica pueden ser una herramienta fundamental en la prevención de un nuevo ictus.
Sin embrago, tampoco vamos a engañarle. Es cierto que las personas que han tenido un episodio de ictus o un ataque isquémico transitorio presentan mayores probabilidades de sufrir un nuevo ictus. Por eso, el trabajo continuado de un programa de fisioterapia es algo que no debe dejar de lado, ni siquiera en el caso de que su recuperación después del primer ictus haya sido muy buena.
En primer lugar sus médicos y fisioterapeutas le darán ciertos consejos acerca de la dieta, del ejercicio y del consumo de alcohol y de tabaco. Pero insistimos: no queremos meterle miedo. Al contrario, el objetivo de nuestros especialistas en fisioterapia neurológica es ayudarle a mantener su calidad de vida y prevenir posibles, y poco deseadas, recaídas.
Con el asesoramiento y acompañamiento de nuestro equipo de especialistas en fisioterapia neurológica, usted experimentará una notable mejoría de su funcionalidad. Ya sabe que, dependiendo de los casos, la recuperación a un estado como el anterior a la lesión no va ser posible, pero lo que sí puede lograr con la fisioterapia neurológica es readaptar sus capacidades para mejorar su autonomía e independencia.
Podríamos decir que el trabajo de prevención de un nuevo ictus comienza cuando el paciente (usted o un familiar) ya está estabilizado. En ese momento, empieza un tratamiento que nuestro equipo de fisioterapeutas diseñará a medida para que mejoren sus reacciones de equilibrio en diferentes posiciones, favoreciendo la vuelta a las actividades diarias, los cambios de posición, los cambios de marcha… La duración de un tratamiento neurológico de estas características variará en función de cada persona. Queremos también recordarle que este tratamiento preventivo es largo y requiere su máxima implicación, así como la de los familiares y amigos; porque su participación y colaboración es esencial para un buen pronóstico.