Los beneficios de los tratamientos fisioterapéuticos rutinarios en pacientes con distrofia muscular
Las personas con distrofia muscular necesitan cuidar sus músculos y mantener y potenciar la fuerza de todos sus miembros. La fisioterapia deber ser para todos ellos una rutina más dentro de su día a día. Dependediendo de su edad y capacidad de independencia, el tratamiento se centrará unn distintos campos. Pero lo realmente importante es que el tratamiento de fisioterapia neurológica sea constante.
Los beneficios de este tipo de programas son también mayores cuanto mayor sea la implicación del paciente. Obviamente, en los casos en los que la distrofia muscular la tenga un niño, los padres jugarán un papel fundamental.
El papel de los ejercicios rutinarios en personas con distrofia muscular consigue mantener ágiles los músculos. Lo normal es que este tipo de pacientes tenga poca masa muscular y que la que tenga la pueda perder por falta de movimiento. Para estos casos las terapias diseñadas por expertos en fisioterapia para enfermedades neurológicas se convierten en una gran ayuda, sobre todo en aquellas personas que tienen que permanecer mucho tiempo en la cama. Aquí también hay que realizar ejercicios diarios que además de cuidar los músculos, nos ayuden a no tener úlceras o problemas circulatorios derivados precisamente de la inactividad.
Por otro lado, también es muy común que los pacientes con distrofia muscular sufran retracciones en las articulaciones que les provoquen fuertes dolores y dificulten la movilidad de distintos miembros. Todo ello, además, favorece la aparición de malas posturas que pueden acabar consolidándose y ocasionando deformidades en rodillas, tobillos, codos y muñecas.
En cuanto a los tipos de ejercicios que con la ayuda de su fisioterapeuta le reportarán más beneficios los hay de dos tipos:
- Activos, en los que el paciente usa sus propios músculos para que todas las articulaciones hagan toda su gama de movimientos.
- Pasivos, que se caracterizan por ser ejercicios en los que el paciente usa el peso de su propio cuerpo para tratar de estirar los ligamentos alrededor de las articulaciones. Para realizar estos ejercicios se suele necesitar la ayuda de otra persona (tu fisioterapeuta) que te indique y acompañe a la hora de realizar las movilizaciones.
En cualquiera de los casos, es fundamental no forzar al paciente. Normalmente, presentan gran debilidad y un sobresfuerzo puede ocasionar alguna lesión no deseada.