Fisioterapia y espasticidad. Consejos clave
Uno de los síntomas más habituales que comparten las personas que han sufrido un daño cerebral, parálisis de diversa índole e incluso esclerosis múltiple es la espasticidad. Esta podemos decir que se define por ser una hiperactividad del arco reflejo miotático, es decir, una alteración del tono muscular que provoca que aparezcan no sólo espasmos musculares que son totalmente involuntarios sino también una notable rigidez.
Los fisioterapeutas que se enfrentan a la misma a la hora de acometer la rehabilitación de sus pacientes tienen por delante un reto realmente complicado. No obstante, se puede trabajar a fondo para reducirla a la mínima expresión e incluso evitarla o eliminarla. Por eso, es fundamental que sean conocedores de una larga lista de aspectos que son básicos y fundamentales al respecto:
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Cuando la persona afectada esté realizando los ejercicios establecidos dentro de su sesión de fisioterapia, es necesario que mantenga en todo momento la cabeza recta.
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El afectado debe evitar las posiciones que se considere que van a favorecer o aumentar la espasticidad.
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La ropa o el calzado demasiado ajustados pueden provocar cambios repentinos y graves en el estado de la espasticidad. Pero no sólo eso sino también ciertas afecciones o infecciones.
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Los ejercicios se personalizan para cada paciente. En Fisiohogar tenemos claro esta máxima porque es la manera de que se pueda luchar contra esa rigidez o espasmos musculares en función de la forma en la que estos se producen. Y es que quienes los sufren en las caderas o en las rodillas pueden ver cómo estas se doblan hacia dentro o hacia fuera, por ejemplo.
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Se considera que los fisioterapeutas indicarán en todo momento a las personas con las que lleven a cabo sus sesiones que realicen sus ejercicios de manera lenta, pues esto ayuda de forma considerable a que los músculos se estiren adecuadamente y eso será un “ataque directo” a la espasticidad.
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Existen diversas posturas que ayudan a reducir la espasticidad, en función del tipo que tenga cada personas. Nos estamos refiriendo a que, por ejemplo, las personas que la sufran en el flexor de la rodilla o la cadera se beneficiarán notablemente si optan por acostarse boca abajo. Por otro lado, quienes sufren espasticidad del extensor, afectando a cadera y rodillas, lo ideal es que se acuesten de costado.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos se puede conseguir hacerle frente a la espasticidad de manera clara y contundente.