Fisioterapia y sistema músculo-esquelético en enfermos de Alzheimer
Como ya te hemos dado a conocer en anteriores artículos, es fundamental que la persona a la que se le detecte Alzheimer se ponga rápidamente en manos de fisioterapeutas. ¿Por qué? Porque es la forma de que, mediante sencillos y eficaces ejercicios, pueda hacerle frente a los síntomas que van apareciendo, consiga mantener en la mayor medida posible su autonomía y pueda frenar el avance más rápido de la patología.
En la primera fase de dicha enfermedad, lo habitual es que se trabaje lo que es la coordinación de movimientos, que es la que se ve más dañada, mientras que en la segunda, las actividades de fisioterapia se centran básicamente en mantener el equilibrio, la musculatura y la orientación.
Pero, ¿y en la tercera y última fase? En este caso, los profesionales de la citada rama sanitaria, como son los que integran a nuestra empresa Fisiohogar, centran sus esfuerzos en que el paciente mantenga en el mejor estado posible lo que es el sistema músculo-esquelético. En concreto, se establecen como objetivo lograr que ese se halle en las mejores condiciones el mayor tiempo para que así el enfermo de Alzheimer tenga una óptima calidad de vida.
En concreto, el fisio se encargará de, teniendo en cuenta la edad o el estado de la persona en cuestión, establecer un plan de ejercicios en esa línea que ayudarán notablemente a conseguir los citados fines:
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En primer lugar, prevenir la pérdida de lo que es el tono muscular.
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De la misma manera, también se establecerá como fin el lograr evitar que se produzca la degeneración de lo que son las articulaciones o, al menos, frenar el empeoramiento de las mismas dentro de lo que es posible.
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Por supuesto, los ejercicios que trabajen el sistema músculo-esquelético se establecen, de igual modo, el intentar prevenir la pérdida de la fuerza.
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También es necesario dictaminar que la fisioterapia es necesaria en este momento de la enfermedad del Alzheimer para evitar que el paciente sufra una notable pérdida de la masa ósea y, como consecuencia, que tenga que hacerle frente de manera frecuente a fracturas.
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No hay que olvidarse tampoco que los ejercicios contribuirán a lograr que la persona afectada pueda prevenir la aparición de deformidades en algunas de sus extremidades.
Por todo esto y mucho más, queda claro que la fisioterapia ejerce un papel fundamental en los casos de pacientes con Alzheimer.