Los principales aspectos de la fisioterapia al tratar un ictus
Unos 100.000 casos de ictus son los que se registran cada año en España, siendo no sólo la principal causa de muerte en mujeres sino también la más importante en cuanto a la generación de una discapacidad realmente grave. Y es que aquella es una enfermedad de tipo cerebrovascular que, tras el daño cerebral que causa, puede provocar consecuencias tales como la paralización de un lado del cuerpo, la absoluta incapacidad para poder caminar, una modificación palpable de lo que es el equilibrio, dificultades notables en la coordinación…
El tabaquismo, el estrés, una tensión alta, la obesidad o una vida demasiado sedentaria, sin olvidar el colesterol, son algunas de las principales causas que llevan a una persona a sufrir un ictus. Una situación esta que le cambiará la vida de manera irremediable de un momento a otro y que le llevará a que tenga que esforzarse para poder recuperar la normalidad en su día a día y, por supuesto, su autonomía.
En esa rehabilitación juega un papel imprescindible la fisioterapia, ya que será la disciplina a través de la cual el individuo afectado por dicha enfermedad podrá volver a tener las capacidades que ha ido perdiendo. En concreto, aquella, que debe ser llevada a cabo por profesionales competentes y con experiencia como los que dan forma a la plantilla de Fisiohogar, se sustentará en los siguientes pilares:
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Debe comenzarse con los ejercicios de fisioterapia en cuanto el médico dé el visto bueno.
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Una vez que se cuenta con el “ok” del doctor, el fisioterapeuta procederá a examinar a fondo al paciente para descubrir qué daños ha sufrido a raíz del ictus, qué limitaciones tiene y, por tanto, con qué partes del cuerpo se debe trabajar.
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Los ejercicios que planifique dicho profesional irán, además, acordes a la edad de la persona, a su estado de forma e incluso al estado de ánimo que tiene.
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Gracias a las actividades que se vayan realizando, que permitirán conseguir objetivos a corto, medio o largo plazo, el paciente irá mejorando su autoestima, logrará ir recuperando la máxima autonomía y, por supuesto, verá cómo va creciendo su calidad de vida.
Estos son los principales aspectos sobre los que se sustenta la fisioterapia al tratar un ictus. No obstante, no hay que pasar por alto que en esa rehabilitación se hace necesario contar con el respaldo de la familia del paciente, tanto para apoyarle anímicamente como para contribuir a realizar con él ejercicios diarios que contribuyan a su recuperación.