Beneficios de los masajes especializados para pacientes con distrofia muscular
Para las personas con distrofia muscular los masajes fisioterapéuticos son un gran aliado. Por las características de este tipo de enfermedad los pacientes suelen sufrir fuertes y constantes dolores provocados, entre otros motivos, por malas posturas, acortamientos de músculos y contracturas.
Para paliar estos efectos que inciden directamente en la vida del paciente la fisioterapia neurológica recurre a las sesiones de masajes. Nuestros profesionales conocen las últimas técnicas y tratamientos y podrán ayudarle a solucionar los problemas derivados de la distrofia muscular.
En general, los objetivos de los masajes terapéuticos son los siguientes:
- Combatir los problemas de sedentarismo y de la consiguiente atrofia de los músculos por el desuso.
- Eliminar los dolores provocados por las posturas anormales que se convierten en algo normal para la persona con distrofia muscular.
- Mitigar los problemas ocasionados por las retracciones musculares.
- Trabajar las complicaciones originadas en diferentes problemas respiratorios.
- Estimular la flexibilidad y coordinación de los músculos.
- Favorecer la independencia de movimientos para potenciar la autonomía en la realización de actividades diarias.
Los beneficios de los masajes en los pacientes de distrofia muscular proporcionan un gran alivio y sensación de bienestar, pero hay que tener en cuenta que este tipo de enfermedad neurológica es permanente y continúa su avance. Por tanto, el tratamiento debe ser continuado. Nuestros fisioterapeutas revisarán su evolución y determinarán qué tipo de masaje le viene mejor y cuál debe ser la frecuencia de los mismos.
Muchos de los pacientes de distrofia muscular son niños. Debido a su corta edad las sesiones de masajes se plantean como juegos, son cortas, nunca se provoca dolor y a través de movimientos firmes y amasamiento de los miembros más afectados se van eliminando las tensiones y contracturas.
Para que la efectividad de las sesiones de masajes sea mayor se combinan con ejercicios que se presentan como actividades de juegos. A través de ellos se refuerza la musculatura de las extremidades o las zonas más afectadas, se tonifican los músculos y enseña a adoptar posturas correctas a la hora de sentarse o de caminar. Con todo esto se consigue, en la medida de lo posible, frenar el avance de la enfermedad y dotar al paciente de mayor calidad de vida.